En la mesa con Picasso – Homenaje a Picasso Vallauris Buitrago – IX – 2019

19 de Juno – 25 de Julio 2021 | Sala Municipal de exposiciones de Buitrago del Lozoya

“Comprendí que las máscaras no eran esculturas como las demás, eran cosas mágicas”

Picasso

La exposición de este año se centra en el tema de la máscara, figura ambigua y paradójica, enigmática por excelencia por ocultar y develar a la vez, por una ex- traña magia, al que la eligió. En el origen de la revolución pictórica que encarnan Las Señoritas de Aviñón desempeña un papel de gran trascendencia en la obra de Picasso.

Máscaras de distintos signos tienen un papel privilegiado en el imaginario del pin- tor. ¿Acaso no se llegó a definirle como “El hombre de las mil máscaras”?

Todo empezó con su descubrimiento de las máscaras africanas, que cambió para siempre su concepto del arte. Fascinado por la fuerza expresiva de sus formas de- puradas, así como por la función sagrada y como mágica de exorcismo ritual con- tra unas fuerzas oscuras amenazantes que se les atribuía creó un nuevo lenguaje formal, en ruptura violenta con los paradigmas figurativos del arte occidental, llevándole a abandonar cualquier idealización en la exploración de sus vivencias más elementales e íntimas según sus amores, sus encuentros o los acontecimientos del mundo.

Reivindicando desde entonces una dimensión autobiográfica de su creación, por la magia catártica de las máscaras más diversas, detrás de las cuales se disimula y se devela a la vez, Picasso se retrata bajo la figura de varios dobles metafóricos, que son otros tantos autorretratos “enmascarados” en los que refleja varias facetas de su compleja personalidad y las etapas de su vida sentimental. Arlequín, su alter ego melancólico, o el Minotauro, que encarna su furia creativa y sus desatadas pulsiones oscuras, el Fauno travieso y erótico de Antibes, o los viejos Mosqueteros que no renuncian a exhibir con mucha virilidad su espada, expresan, a modo de exorcismo, sus sentimientos, sus terrores o sus deseos.

Siempre bajo el signo de Proteo, las “mil máscaras“ de las que se vale el pintor le permiten exorcizar sus secretos más íntimos sin develarlos del todo, dando de sí el retrato fragmentado y cambiante de una fuerza creativa libre que se renueva sin cesar, huyendo de cualquier encasillamiento para preservar, con la multiplicidad de las máscaras, su aura de irrenunciable misterio.

Como desquite al tiempo de mascarillas que nos obligó a esconder las sonrisas hace ya más de un año, confiemos en que las máscaras mágicas de los artistas del Puente Amigos consigan alejar de nosotros las fuerzas oscuras de esta infaus- ta pandemia y apostemos por un futuro de mil sonrisas, deseándole larga vida al Puente Amigos.

Madeleine y Pauline Arias